A muchas personas no les agradan los reptiles, en especial las serpientes. A mi me fascinan, se han vuelto de mis sujetos predilectos para fotografía, los close ups de una serpiente hacen que la piel se le enchine a uno, tienen una mirada tan fuerte y penetrante, que siempre nos despierta cierto grado de adrenalina.
La mayoría de las muertes se deben a su mala reputación, desde aquella que tentó a Eva a comer el fruto prohibido expulsándonos del paraíso, así como al poder de su veneno que en la mayoría de los casos provocan la muerte del ser humano. Pero mucha culpa tiene la falta de información en las comunidades, por que no todas las serpientes son venenosas, sin embargo para cualquier persona ya sea en la ciudad o en el campo, al ver una en su camino, la primer reacción es matarla sin importar que sea o no venenosa, o si se encuentra en peligro de extinción.
Para mí se ha vuelto sumamente importante el difundir en las comunidades que hay especies que no son venenosas así como su importancia ecológica y hacerles ver que son un regulador importante de poblaciones que pueden llegar a ser plaga para el ser humano. Sin reptiles tales como las serpientes, muchos de los cultivos y fuentes alimenticias del mundo serían más vulnerables al ataque de los depredadores más pequeños y hambrientos.
© Jorge Douglas Brandon Pliego
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